Cuando tu médico o dentista te dé una nueva receta, es importante que hagas preguntas.
Esto es particularmente cierto respecto a los analgésicos opioides, como la hidrocodona, la oxicodona o la morfina.
Aunque estos medicamentos cuentan con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. para el dolor agudo y crónico, pueden tener unos graves efectos secundarios, entre ellos la adicción e incluso la muerte.
El abuso de los opioides ha conducido a la crisis actual de sobredosis de drogas en Estados Unidos. La mayoría de las muertes por sobredosis en este país implican a opioides, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
La FDA ofrece algunos consejos para usar estos medicamentos de forma segura. Comienza por preguntar al médico cuánto tiempo es probable que dure tu dolor, y qué medicamento te está recetando.
Si el medicamento es un opioide, pregunta si hay alternativas que no sean opioides.
Si el médico decide que lo mejor es un opioide, pregunta cuánto tiempo debes tomar el fármaco. Averigua cuándo y cómo dejar de usarlo. Pide la dosis más baja posible durante el periodo más corto necesario, y en la cantidad más baja, aconsejó la FDA. También, pide una cita de seguimiento.
Por qué la cautela con el uso de opioides
Aunque los opioides recetados pueden ser seguros y efectivos, usarlos de una forma distinta a la indicada en la receta, o con fines no médicos, puede conducir a la dependencia, la adicción e incluso la muerte, advirtió la FDA.
Entre los efectos secundarios del uso de opioides se pueden encontrar mareo, somnolencia, debilidad, náuseas y estreñimiento. Familiarízte con los efectos secundarios, para que tú y su familia sepan en qué momento llamar al médico, ir al hospital o llamar al 911.
Pídele una guía del medicamento a tu farmacéutico, para aprender más sobre tu medicamento recetado.
Reduce las probabilidades de efectos secundarios graves al tomar el medicamento exactamente como te lo recetaron. Si sigues sintiendo dolor, llama al médico; no tomes una dosis adicional.
Es importante informar al médico si tienes antecedentes de un trastorno de uso de sustancias que implicara a las drogas o al alcohol, o si cualquiera de tus amigos y familiares ha tenido este tipo de trastorno.
Siempre informa al médico sobre todos los otros fármacos recetados y de venta libre que tomes, sobre todo los recetados para la ansiedad, los problemas del sueño o las convulsiones. Estos podrían interactuar con los opioides, aunque solo los tomes ocasionalmente.
Si tienes niños de cualquier edad en casa, usa una caja de seguridad para tus medicamentos. Los niños pueden sufrir una sobredosis accidental con estos fármacos. Es posible que los adolescentes, los visitantes u otras personas en tu hogar busquen analgésicos, así que es importante tener esto en cuenta, anotó la FDA.
Qué hacer una vez termines el tratamiento
Los medicamentos sobrantes se deben descartar de forma adecuada. La FDA ofrece una lista de medicamentos opioides que puedes tirar por el inodoro, pero es mejor llevar otros a un programa de recuperación de medicamentos. Algunas farmacias tienen puntos de devolución de medicamentos, programas para enviar los sobrantes por correo, y otros métodos para descartarlos de forma segura.
Nunca compartas tus medicamentos, ya que podrían provocarle la muerte a otra persona, advirtió la FDA.
Habla con tu proveedor de atención de la salud sobre la naloxona, un fármaco que puede revertir los efectos de una sobredosis de opioides. Es importante prepararse por cualquier cosa.
Algunos productos de naloxona requieren una receta. En algunos estados, los usuarios pueden obtener naloxona de un farmacéutico sin una receta.
Más información
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. ofrece una lista de los medicamentos que es seguro tirar por el inodoro.
*Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
*Fuente: HealthDay News
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