La pandemia de la enfermedad del COVID-19 puede resultar estresante para las personas. El temor y la ansiedad con respecto a una nueva enfermedad y lo que podría suceder pueden resultar abrumadores y generar emociones fuertes tanto en adultos como en niños. Las medidas de salud pública, como el distanciamiento físico, pueden hacer que las personas se sientan aisladas y en soledad y es posible que aumente el estrés y la ansiedad. Sin embargo, estas medidas son necesarias para reducir la propagación del COVID-19. Lidiar con el estrés de manera saludable te fortalecerá a ti, a tus seres queridos y tu comunidad.
El estrés durante el brote de una enfermedad infecciosa puede en ciertos casos incluir reacciones como:
Temor y preocupación por tu salud y la salud de tus seres queridos, tu situación financiera o laboral, o la pérdida de servicios de apoyo de los que dependes.
Cambios en los patrones de sueño o alimentación.
Dificultades para dormir o concentrarte.
Agravamiento de problemas de salud crónicos.
Agravamiento de problemas de salud mental.
Mayor consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias.
Cada persona reacciona distinto
La manera en la que respondes ante el estrés durante la pandemia del COVID-19 puede depender de tus antecedentes, el apoyo social de familiares o amigos, tu situación financiera, tu salud y antecedente emocional, la comunidad en la que vives y muchos otros factores. Los cambios que pueden suceder debido a la pandemia del COVID-19 y la manera en que intentamos controlar la propagación del virus pueden afectarnos a todos.
Las personas que pueden responder con mayor intensidad al estrés de una crisis incluyen:
Personas que tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 (por ejemplo, adultos mayores y personas de cualquier edad con ciertas afecciones subyacentes).
Niños y adolescentes.
Personas encargadas de los cuidados de familiares o seres queridos.
Trabajadores en la primera línea, como proveedores de atención médica y personal de respuesta a emergencias.
Trabajadores esenciales de la industria de alimentos.
Personas con enfermedades mentales preexistentes.
Personas que consumen sustancias o tienen un trastorno por abuso de sustancias.
Personas que perdieron sus trabajos, les redujeron la jornada laboral o tuvieron otros cambios importantes en sus empleos.
Personas con discapacidades o un retraso en el desarrollo.
Personas en aislamiento social, incluidas aquellas que viven solas y en áreas rurales o fronterizas.
Personas en ciertos grupos de minorías raciales y étnicas.
Personas que no tienen acceso a información en su lengua principal.
Personas sin hogar.
Personas que viven en entornos de concentración de personas (grupales).
Cuídate y cuida de tu comunidad
Encargarse de los cuidados de familiares y amigos puede ser liberador del estrés, pero hay que mantener un equilibrio y no deberías olvidarte de cuidar de ti. Ayudar a otras personas a sobrellevar el estrés, como brindar apoyo social, también puede contribuir a fortalecer tu comunidad. En tiempos de mayor distanciamiento físico, las personas pueden seguir manteniendo contactos sociales y cuidar de su salud mental. Las llamadas telefónicas o las videoconferencias pueden ayudarte y ayudar a tus seres queridos a sentirse socialmente conectados, menos solos o menos aislados.
Alternativas saludables para sobrellevar el estrés
Conoce qué hacer si te sientes enfermo y te preocupa el COVID-19. Contacta a un profesional de la salud antes de automedicarte para tratar el COVID-19.
Conoce dónde y cómo acceder a un tratamiento y a otros recursos y servicios de apoyo, como consejería o terapia (presencial o a través de los servicios de telesalud).
Cuida tu salud emocional. El hecho de cuidar tu salud emocional te ayudará a pensar con claridad y reaccionar ante la necesidad urgente de protegerte y proteger a tu familia.
Tómate descansos y deja de mirar, leer o escuchar las noticias. Esto incluye redes sociales. Escuchar hablar de la pandemia reiteradamente puede afectar.
Cuida tu cuerpo.
Haz respiraciones profundas, ejercicios de estiramiento o meditación.
Trata de comer alimentos saludables y comidas bien balanceadas.
Haz ejercicio regularmente.
Duerme bien.
Evita el consumo excesivo de alcohol y drogas.
Hazte un tiempo para relajarte. Trata de hacer otras actividades que disfrutes.
Comunícate con otras personas. Habla con las personas en quienes confías sobre tus preocupaciones y cómo te estás sintiendo.
La salud mental es una parte importante del bienestar y la salud en general. Nos afecta en la manera de pensar, sentir y actuar. También afecta la manera en que manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones durante una emergencia.
Llama a tu proveedor de atención médica si sientes que el estrés interfiere con tus actividades diarias por varios días seguidos. Los recursos gratuitos y confidenciales también pueden ser útiles para que tú y tus seres queridos puedan conectarse con un consejero capacitado y experto de tu área.
Comments