Lumiere Rostick estudiaban en la universidad cuando se enteraron de que su abuelo, que padecía demencia, necesitaba ayuda, y fue entonces que se ofrecieron a vivir con él.
Rostick, cuyos pronombres son plural en inglés, tomaban clases universitarias a distancia y, entre sesiones, ayudaban a su abuela a limpiar y cocinar, así como a alimentar, vestir y cambiar a su abuelo, algunas entre muchas responsabilidades.
No han sido los únicos. En efecto, millones de cuidadores aún no se han graduado de la educación media.
Una labor invisible
De acuerdo con una encuesta de la National Alliance for Caregiving y la AARP, hay por lo menos 3.4 millones de cuidadores menores de 18 años en todo el país (EE.UU.).
Es probable que estas cifras sean una subestimación, dijo Connie Siskowski, una enfermera e investigadora que fundó la American Association of Caregiving Youth (AACY), organización sin fines de lucro con sede en Florida que apoya a los cuidadores jóvenes.
De hecho, la AACY afirma que, tan solo en Florida, casi 300 mil estudiantes de secundaria y bachillerato se encargan de algún tipo de cuidado.
“Los cuidadores jóvenes no aparecen en el radar de la gente”, dijo Siskowski. “Lo que hacen es a puerta cerrada, así que no se ve, no se piensa”.
“Son jóvenes maravillosos. Apoyarlos es realmente valioso en todos los sentidos, tanto para los chicos como para sus familias y la sociedad”. —Connie Siskowski; fundadora de la American Association of Caregiving Youth (AACY)
Siskowski añadió que la crisis de los opioides y la pandemia de COVID-19 han provocado un mayor número de hogares monoparentales o de abuelos solos, lo que puede “empujar a que los menores se hagan cargo del cuidado”.
Incluso para las familias que cuentan con medios para contratar ayuda adicional, ser un cuidador joven puede resultar caro para el bienestar, dijo Siskowski, y el estrés adicional puede afectar negativamente a la salud, provocando dolores de cabeza, problemas estomacales e incapacidad para concentrarse en la escuela.
“Cuando se está en un periodo de estrés extremo, es casi imposible aprender”, dijo. “Tienen más ansiedad y depresión comparados con sus compañeros que no tienen que brindar estos cuidados”.
De hecho, en un estudio financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates se descubrió que el 22% de los jóvenes adultos que abandonaron los estudios lo hicieron para cuidar a un familiar.
Establecen programas de apoyo
Con el objetivo principal de aliviar la carga de los cuidadores jóvenes en el condado de Palm Beach, la AACY ofrece un curso de seis semanas para desarrollar habilidades desde el sexto grado hasta la secundaria, junto con visitas a domicilio, actividades recreativas, tutorías, mentores y otros servicios.
“Depende de sus necesidades”, dijo Siskowski. “Es una dinámica holística. Tratamos de ofrecer un respiro dirigido a los jóvenes. Puede tratarse de proporcionar un asistente de servicios de salud en el hogar, entrega de alimentos para la familia, o hasta ayuda con la limpieza del hogar”.
Según Siskowski, es necesario seguir trabajando para identificar y proporcionar apoyo a los cuidadores jóvenes, tanto en lo emocional como económicamente y cree que la prestación de este tipo de ayuda ofrecería un retorno inmediato de la inversión.
En efecto, la Oficina de Estadísticas Laborales informó que las personas que se gradúan de educación media ganan un promedio de $8,000 dólares más al año, comparados con los no graduados.
A diferencia de muchos cuidadores jóvenes, los abuelos de Rostick, Georgia y Bobby Philpot, contaban con los recursos necesarios para obtener ayuda adicional cuando la necesitaban. Otros familiares en su localidad también brindaron su apoyo y Georgia es una enfermera jubilada.
“No todo recayó sobre nosotros, pero aún así se sintió un gran peso”, dijeron Rostick, quienes tenían 22 años cuando se mudaron con sus abuelos a Griffin, Georgia, durante ocho meses hasta que el abuelo falleció en 2020.
“Hubo momentos difíciles, pero fue una temporada realmente hermosa para establecer vínculos con él, porque no habíamos tenido ese tiempo anteriormente”, dijeron. “Escogimos estar allí, y fue una elección que nos hace felices”.
Siskowski cree que, con el apoyo adecuado, cuidar de una persona puede tener un efecto positivo en la vida de los jóvenes, proporcionándoles un sentido de propósito y ayudándoles a desarrollar una mejor administración del tiempo, empatía y otras habilidades para la vida.
“Son jóvenes maravillosos”, indicó. “Apoyarlos es realmente valioso en todos los sentidos, tanto para los chicos como para sus familias y la sociedad”.
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