Los hábitos alimenticios de la mayoría de los adultos estadounidenses no concuerdan con unas directrices dietéticas que pueden reducir el riesgo de cáncer, encuentra un estudio reciente.
Los investigadores examinaron los datos de casi 31,000 participantes adultos en la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EE. UU., de realización anual.
El análisis de lo que los participantes comieron en las 24 horas antes de completar la encuesta mostró de alrededor de un 63 a un 73 por ciento no consumieron la cantidad diaria recomendada de frutas y verduras y granos integrales, y alrededor de un 90 por ciento no llegaron a los 30 gramos de fibra que se recomiendan al día.
Aunque no se cumpla todas las directrices, seguir algunas es mejor que ignorarlas todas.
Casi un 70 por ciento de los participantes tenían sobrepeso o eran obesos. Los participantes obesos, que conformaban casi un 36 por ciento de los voluntarios de la encuesta, tenían significativamente menos probabilidades que otros adultos de alcanzar las ingestas recomendadas de fibra, frutas, verduras no almidonadas y granos integrales.
Los adultos obesos también eran más propensos a superar las 18 onzas (510 gramos) recomendados por semana de carne roja, y de haber comido comida rápida el día antes de realizar la encuesta.
En promedio, todos los participantes consumían más azúcares añadidos que el máximo recomendado de menos de un 10 por ciento del total diario de calorías, según el estudio, que se publicó en una edición reciente de la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.
Urge un cambio en el patrón dietético
“Deseamos que las personas cambien a un patrón dietético de origen principalmente vegetal, rico en frutas y verduras, granos integrales y frijoles, guisantes, lentejas, semillas y frutos secos, y que reduzcan las grasas saturadas y el sodio”, planteó la autora sénior del estudio, Colleen Spees, profesora asociada de dietética médica de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Rehabilitación de la Universidad Estatal de Ohio.
“Modificar nuestros patrones actuales de dieta y actividad física para que concuerden mejor con estas directrices basadas en las evidencias con el tiempo es importante para reducir el riesgo de enfermedades no contagiosas y fomentar una salud y un bienestar de por vida”, señaló Spee en un comunicado de prensa de la universidad.
“Si los estadounidenses adoptan estas recomendaciones, pueden reducir su riesgo de obesidad, cáncer, enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e hipertensión”, añadió.
Las directrices provienen del Instituto Americano de Investigación sobre el Cáncer, de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) y del Departamento de Agricultura de EE. UU.
Aunque no se cumpla todas las directrices, seguir algunas es mejor que ignorarlas todas, aseguró Spees.
Por ejemplo, coma en restaurantes de comida rápida con menos frecuencia, y encuentre formas sabrosas de incorporar más verduras, granos y frijoles a las comidas preparadas en casa, sugirió.
Más información
La Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians) ofrece opciones dietéticas para prevenir el cáncer.
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