Todo el mundo sabe que beber bastante agua cada día puede mejorar la salud de muchísimas formas, pero hay un beneficio menos conocido: una investigación reciente sugiere que los adultos de mediana edad pueden reducir su riesgo a largo plazo de insuficiencia cardiaca simplemente al beber suficiente agua a diario.
El hallazgo proviene de un análisis que comparó la salud cardiaca con los niveles de sal en la sangre (un indicador de la ingesta total de líquidos) en más de 16,000 hombres y mujeres de mediana edad a lo largo de un periodo de 25 años.
“Hace mucho que somos conscientes de la importancia de la hidratación”, anotó la autora del estudio, Natalia Dmitrieva, investigadora sénior del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU.
Dmitrieva dijo que tiene que ver con la forma en que la falta de ingesta de líquidos puede afectar al equilibrio de sodio (sal), los niveles de hormonas y la función renal de los individuos, de maneras que podrían en última instancia afectar a una función cardiaca adecuada.
En específico, citó problemas que pueden comenzar cuando una falta de ingesta de líquidos al final lleva los niveles de sal en la sangre de una persona por encima de un umbral específico de 142 milimoles por litro (mmol/L).
En su estudio, Dmitrieva y sus colaboradores utilizaron ese umbral como un indicador fiable del estatus de hidratación general de un individuo, aunque según los estándares actuales ese nivel en general se consideraría dentro del “rango normal” de sodio en sangre.
Pero el equipo del estudio eligió este punto desencadenante porque cuando los niveles de sal lo superan, “el cerebro segrega una hormona. Esta hormona actúa en los riñones para activar unos mecanismos de conservación del agua”, apuntó Dmitrieva.
El resultado es que la excreción de la orina se frena, lo que pone en marcha un riesgo de un aumento de la hipertensión.
Y la presión arterial elevada no es el único peligro cardiovascular que la deshidratación plantea, anotó. Con el tiempo, la ingesta insuficiente de líquido puede socavar directamente la integridad celular del músculo cardiaco mismo.
Pero la buena noticia es que “el estudio sugiere que mantener una buena hidratación puede prevenir, o al menos ralentizar, los cambios en el corazón que conducen a la insuficiencia cardiaca”, anotó Dmitrieva.
Todos los participantes tenían entre 44 y 66 años cuando se inscribieron en el estudio inicialmente.
Los niveles de sal de cada participante se evaluaron cinco veces a lo largo de los 25 años siguientes, hasta que los participantes cumplieron entre 70 y 90 años.
Entonces, los participantes se agruparon en cinco categorías distintas según los niveles de sodio en sangre, de acuerdo con sus resultados, que iban desde un mínimo de 135 a 139.5 mmol/L a un máximo de entre 144 y 146 mmol/L.
Por consiguiente, el equipo del estudio rastreó la incidencia de insuficiencia cardiaca, junto con los problemas en la capacidad de bombeo del ventrículo izquierdo, durante los siguientes años.
El resultado fue que los que tenían unos niveles de sodio que superaban a los 142 mmol/L en la mediana edad experimentaron un aumento en el riesgo de ambos problemas del corazón a partir de los 70 años.
De ahora en adelante, señaló Dmitrieva, el umbral de hidratación identificado por su equipo “podría ser utilizado potencialmente por los médicos durante los exámenes físicos regulares para identificar a los pacientes en quienes deben evaluar los hábitos de consumo de líquidos, y para realizar recomendaciones de aumentar la ingesta de líquidos si la evaluación encuentra que el consumo de líquido de un paciente es baja”.
Cantidad de líquido que se debe consumir varía por país
Entonces, ¿cuánto líquido deberían beber idealmente los hombres y las mujeres de mediana edad para proteger sus corazones?
“Las recomendaciones varían en los distintos países”, enfatizó Dmitrieva, y el Instituto de Medicina de Estados Unidos recomienda una ingesta de líquido de poco menos de 3.2 cuartos de galón (unos 3 litros) para los hombres, y poco más de 2 cuartos de galón (casi 2 litros) para las mujeres.
Aun así, el Dr. Robert Eckel, expresidente de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y expresidente inmediato de medicina y ciencia de la Asociación de la Diabetes (American Diabetes Association), sugirió que los hallazgos se deben interpretar con precaución.
“Estos datos abstractos son interesantes”, dijo Eckel, pero no son una prueba definitiva de que beber más agua proteja a la salud cardiovascular.
Los hallazgos “solo generan hipótesis para indagar si una mayor ingesta de fluido reduciría el riesgo de salud del ventrículo izquierdo y de insuficiencia cardiaca”, anotó, y advirtió que "un exceso de líquido puede ser dañino en el paciente equivocado".
Dmitrieva y sus colaboradores presentarán sus hallazgos en la reunión anual virtual de la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology), que se celebrará del 27 al 30 de agosto. Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Más información
Aprende más sobre cómo el agua puede afectar a la salud en The Heart Foundation.
*Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
*Fuente: HealthDay News
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