Es fácil culpar a la epidemia de obesidad infantil por el aumento en los casos de diabetes tipo 2, pero un nuevo estudio encuentra que casi una cuarta parte de todos los diagnósticos no se relacionan con la obesidad.
"El hallazgo fue más bien sorprendente", señaló el Dr. Constantine Samaan, profesor asociado del departamento de pediatría de la Universidad de McMaster, en Ontario, Canadá. "Los hallazgos nos resaltaron que hay una heterogeneidad [diversidad] en el riesgo de diabetes tipo 2 en los niños. Está claro que no comprendemos todos los factores subyacentes de su aparición".
Los investigadores deseaban estudiar el tema porque no estaba claro si la obesidad era universal en estos pacientes, señaló Samaan. Las pruebas de detección han estado basadas en mediciones de la masa corporal, así que los investigadores querían saber si había un subgrupo de niños con diabetes tipo 2 que no implicara a la obesidad.
Se desconocen los motivos
"Habíamos sopesado varias explicaciones posibles, y las evaluamos en el estudio. Habíamos pensado que quizá los niños habían perdido peso debido a un diagnóstico tardío de diabetes o que quizá tuvieran otras formas de diabetes, por ejemplo las formas genéticas", explicó Samaan. "Estas dos posibilidades no se encontraron en el análisis, así que todavía no sabemos por qué algunos niños desarrollan diabetes tipo 2 cuando no tienen sobrepeso".
Los investigadores han planteado la hipótesis de que es probable que haya niños que no produzcan suficiente insulina o que sean resistentes a la insulina, incluso con un tamaño corporal normal.
En el nuevo estudio, Samaan y sus colegas revisaron 53 estudios que incluyeron a casi 9,000 participantes, y encontraron que un 75 por ciento de los niños con diabetes tipo 2 tenían obesidad. Los chicos tienen más probabilidades de ser obesos que las chicas. Los participantes asiáticos tenían la prevalencia más baja de obesidad, en comparación con los demás grupos raciales.
"Nuestro grupo y otros han realizado trabajo con los niños con diabetes tipo 2, que ha mostrado que estos niños sí tienen una grasa corporal excesiva, lo que, por supuesto, se observa en la obesidad. Pero las funciones biológicas del tejido graso, y no solo la cantidad, pueden tener un profundo impacto en la salud metabólica, y podrían diferir entre los niños con una masa corporal medida normal y los que tienen una masa corporal alta", comentó Samaan.
"Entonces, buscamos estudiar los impactos de la cantidad y la distribución del tejido graso en el riesgo y los resultados de la diabetes tipo 2", explicó.
Menores con diabetes tipo 2 se exponen a otros peligros
Los niños con diabetes también pueden desarrollar otros problemas de salud, entre ellos la enfermedad de hígado graso no alcohólico, un desequilibrio de los lípidos, el síndrome de ovario poliquístico y un deterioro en la función de los riñones.
"Si las familias están preocupadas, deben hablar con el proveedor para evaluar la necesidad de más pruebas para determinar si su hijo está en riesgo de desarrollar diabetes", planteó Samaan.
Aunque la diabetes tipo 1 es más común, la cantidad de niños que viven con diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2 se ha disparado en las dos últimas décadas en Estados Unidos.
La cantidad de niños y adolescentes menores de 20 años con diabetes tipo 2 aumentó en un 95 por ciento entre 2001 y 2017, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. En 2017, entre los jóvenes de 10 a 19 años de Estados Unidos, 67 de cada 100,000 vivían con diabetes tipo 2.
El nuevo informe se publicó en la edición en línea del 15 de diciembre de la revista JAMA Network Open.
"Pienso que el estudio confirma que la obesidad es un importante factor de riesgo de un diagnóstico de diabetes tipo 2 en los niños, pero que como médicos debemos tener en cuenta que hay otros factores de riesgo además de la obesidad", comentó la Dra. Bahareh Schweiger, directora de la división de endocrinología pediátrica del Centro Médico Cedars-Sinai, en Los Ángeles.
Otros factores contribuyentes podrían ser el ritmo del aumento de peso, incluso durante la pandemia, dijo Schweiger, que no participó en el estudio. La circunferencia de la cintura y un estilo de vida cada vez más sedentario también podrían contribuir.
En términos de la epigenética, es decir, los efectos del ambiente y la conducta en la forma en que los genes funcionan, Schweiger observó que le gustaría conocer los niveles de estrés y los hábitos de sueño del niño, y si el paciente se expone al humo de cigarrillo de segunda mano.
Más información
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre la prevención de la diabetes tipo 2 en los niños.
*Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
*Fuente: HealthDay News
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